A lo largo de 2019 (año I antes del COVID) tuve la suerte de recibir a un grupo de investigadores Chilenos en Tecnalia. Venían de la Pontificia Universidad Católica de Chile, dónde estaban desarrollando un concepto de edificio experimental para la construcción sostenible IMA.
IMA tiene ciertas similitudes a KUBIK, e intentamos ayudarles desde nuestra experiencia. Al menos explicarles nuestros errores para que fuesen capaces de cometer otros errores distintos.
Tratamos múltiples temas a lo largo de toda una semana, además de durante los meses anteriores y posteriores a la visita. Por nuestra parte, aportamos nuestra visión sobre los procesos de gestión y explotación de instalaciones experimentales, caracterización y modelado energético, enfoques experimentales, adaptación de sistemas de climatización a necesidades experimentales, así como los sistemas de adquisición de datos.
Para nosotros fue un placer compartir todo esto con Leonardo Veas, Gilles Flamant, Claudia Valderrama, Claudio Vasquez, Manuel Carpio, Macarena Burdiles y Juan Eduardo Ojeda. Descubrir sus experiencias e intereses experimentalistas, así como sus otras infraestructuras experimentales (por ejemplo, el Laboratorio de Protecciones Solares que dirige Claudio).
A Gilles ya le conocía de su etapa anterior en Bélgica, dónde ya disponía de gran experiencia experimentalista en el Belgian Building Research Institute/BBRI (parece que ahora se llama BuildWise). Coincidimos en el Annex 58 de la IEA sobre caracterización energética de edificios.
Me llamó la atención cómo todo el proceso de diseño estaba altamente influenciado por dos especificidades regionales:
- Santiago es una zona con alta intensidad sísmica, mucho más que cualquier ubicación en Europa. Y esto condicionaba gran parte del enfoque estructural del edificio.
- La interacción solar en Santiago está altamente influenciada por la cordillera (un vistazo en Google Earth dice que el terreno asciende de ~500m a ~2500m a 15km al Este). Una cordillera de dimensiones no habituales en nuestras latitudes (al menos cerca de zonas pobladas). Esto hace que los chilenos enfoquen la mayor parte de sus enfoques de sombreamiento en el Norte (hemisferio Sur) y el Oeste.

Santiago de Chile tras la lluvia, Armando Lobos, CC BY-NC-ND 2.0
Me consta que no ha sido un proceso sencillo para el equipo de trabajo. A la dificultad inherente a un proceso de desarrollo experimental, han tenido que añadirle unos años especialmente convulsos en el aspecto social y político en Chile, además de las limitaciones impuestas por las medidas anti-COVID desde 2020. En sus etapas de diseño y de construcción, IMA ha estado coordinado por Waldo Bustamante. Y lo ha llevado a buen puerto. Con diseño del prestigioso arquitecto de Juan Baixas, el edificio se ha inaugurado en 2022 (Año II después del COVID). Como se puede ver en las imágenes y el video, tiene muy buena pinta.

Espero sinceramente que puedan emplearlo para avanzar en las técnicas y tecnologías constructivas chilenas, y que lo disfruten tanto como yo he disfrutado KUBIK.
Volviendo al tema del sombreamiento por la cordillera, un vistazo a una carta solar para Santiago y unos cálculos básicos nos dan lo siguiente:
- Un cambio de elevación de 2000m en 15 km equivale a 13º de pendiente. En zonas más próximas (digamos a unos 7kms), la pendiente de sombreado sería de 37º. 13º es aproximadamente la primera hora del día, pero 37º son entre 2 y 3h.
- La incidencia más energética del sol es la perpendicular a la fachada (0º de altura solar, y el sol en el Este perfecto), y cuanto más se desvía la incidencia de esta posición, la energía solar entregada es menor. 37º de desviación hacen perder el 20% de la energía, mientras que a partir de 60º se pierde más del 50%. Es cierto que la radiación solar incidente crece, y compensa en parte esta pérdida en el factor de ganancias solares. Pero esto último no genera tantos problemas visuales como una incidencia perpendicular.
- Adicionalmente, la incidencia del sol genera mayor molestia a los usuarios cuanto más horizontal es, pues penetra con mayor profundidad (múltiples metros) a través de las ventanas, y su bloqueo es más complejo.
Trasladando todo lo anterior a la carta solar (ver abajo), sí es cierto que al amanecer, la cordillera bloquea una fracción relevante de la irradiación solar durante varias horas, en el momento más energético y que genera mayor disconfort visual. Sobre todo para las zonas más próximas.

Sobre los temas sismológicos, no me pronuncio, no es mi especialidad. Confío en que los expertos en el ámbito estructural habrán realizado un buen trabajo.